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Lucía Torres Psiquiatra pasando Consulta en Tranquilamente

Consecuencias de la adicción a nuevas tecnologías en los jóvenes

OK Diario ha públicado un artículo de Lucía Torres, psiquiatra y directora médica en Tranquilamente en el que se reflexiona sobre las consecuencias que tiene la adicción a las nuevas tecnologías en los adolescentes. Los jóvenes actuales viven literalmente pegados a las pantallas, han nacido con la tecnología, es su lenguaje. Pero, ¿qué consecuencias tiene para ellos? 

 Lucía Torres. Psiquiatra.

Largas horas delante de la pantalla, pérdida de horas de sueño, conductas desafiantes o amenazantes ante la posibilidad de que los dispositivos sean retirados por un tiempo, abandono de los hobbies y aislamiento social o familiar.

Estos son algunos de los problemas que causan las nuevas tecnologías en los jóvenes, pero son solo síntomas de daños más profundos que se gestan en los adolescentes.

¿El joven cambia de comportamiento porque está enganchado a la tecnología o se ha enganchado a la tecnología a modo de puerta de evasión porque tiene otro tipo de problemas? Es posible que ambas situaciones se den a la vez, y se retroalimenten.

Para encontrar respuestas en cada caso es necesario hacer una buena exploración a través de una entrevista de evaluación detallada. ¿Qué busca el adolescente en las redes? ¿Qué satisfacción le reporta? ¿Crea identidades ficticias para satisfacer narcisismo o histrionismo? ¿O Usa las redes sociales para crear un espacio en el que poder ensayar el contacto con iguales que por otros motivos no se está logrando en el mundo real?

Lo que no hay duda es que, como toda adicción, las nuevas tecnologías vienen a complicar la situación original bajo la ilusión inicial de una solución fácil y un entretenimiento.

Aparte del aislamiento del joven que se produce por la adición a las nuevas tecnologías se encuentran otros peligros como el sexting, el grooming o el ciberbullying que están a un solo clic y que tienen consecuencias devastadoras para el ser en formación.

Son muchas las ocasiones en las que hemos acompañado a adolescentes rotas porque se encuentran prisioneras de las burlas de sus iguales por haber enviado una foto íntima al que pensaba que era su compañero. Y repiten entre sollozos “cómo se lo voy a contar a mis padres. Me lo advirtieron millones de veces, que jamás hiciera esto…y yo lo hice”.

¿Están los menores preparados para que se les entregue una herramienta tan poderosa y potencialmente dañina como las nuevas tecnologías? ¿Daríamos a un joven de 12 años un permiso de conducir? Seguramente el joven tenga más reflejos y capacidad de aprender que un adulto, pero la respuesta es clara: No. No está preparado para asumir los riesgos y consecuencias que pueden tener sus actos. Si fruto del juego llega a atropellar a un compañero…¿tendría el joven capacidad de hacerse cargo?

Me pregunto si nuestra sociedad está preparada para elaborar una normativa de uso de nuevas tecnologías que proteja a los menores. Cada vez se adelanta más la edad a la que los niños cuentan con un móvil o un acceso ilimitado a internet…y no están preparados para elaborar el contenido que reciben (escenas pornográficas que pueden tomar como modelo a seguir en sus relaciones íntimas fomentando el machismo y desigualdad en los jóvenes) ni para asumir la trascendencia que pueden tener sus actos (sexting o cyberbulling).

Por último, la adolescencia es un momento de cambio e incertidumbre en la vida, en el que el joven trata de definir su lugar en la sociedad. Si en la niñez el individuo se sostenía en la mirada de los padres, durante la adolescencia el sostén lo ejercerán los iguales. Con las redes sociales se cambia la solidez y protección de una amistad (alguien que le conoce con sus luces y sus sombras, y aun así le valora y le elige) por la inseguridad y sentido efímero de los “seguidores” o de los “likes”.