Los síntomas psicológicos son variados e incluyen sentimientos de preocupación o agobio, inquietud, irritabilidad, bloqueo, dificultades de concentración, pérdida de memoria, trastornos del sueño, obsesiones, compulsiones e, incluso, en los momentos más agudos, miedo a perder el control, a volverse loco o sensación de muerte inminente.
A nivel físico la ansiedad puede también tener manifestaciones muy diversas como sudoración, mareo, temblores, tensión muscular, cefalea, náuseas, taquicardias, palpitaciones o alteraciones a nivel digestivo, urinario o sexual.