Culpa
Por lo que no hicimos, por no haberle podido salvar. La culpa es muy pesada, pero genera cierto sentimiento de control “si yo tuve la culpa es que yo pude haber hecho algo para evitarlo. Si soy culpable significa que me puedo proteger frente a las pérdidas futuras si hago las cosas bien”. Esto evita enfrentarse a la impotencia de la pérdida, que da nombre a la siguiente etapa.
Impotencia: ocurrió y no hay nada que yo pueda hacer para evitarlo. Es la etapa más temida, la verdadera tristeza. Pero también la necesaria para poder dar pie a la siguiente etapa de aceptación.