A modo de ejemplo, a ningún médico digestivo se le ocurriría especializarse en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades hepáticas considerando al hígado como un órgano separado del cuerpo. Pues puede que el origen de la enfermedad hepática estuviera en el excesivo consumo de alcohol, pero eso no alcanzaría a verlo pues su mirada estaría solo focalizada en el “hígado”. Por más que intentara “curarlo”, si no considerara los factores externos que lo dañan, sería imposible frenar el deterioro progresivo del hígado.

Pues las personas en ocasiones “enfermamos” también en el contexto de un “sistema”, al que también hay que incluir si queremos resolver el malestar.

Por ello es tan importante mantener una mirada amplia a la hora de entender qué está originando el malestar, cuáles son sus causas y qué alternativas existen para alcanzar un mayor grado de bienestar o calma.

De ahí la relevancia de contar con un profesional de la salud mental con experiencia y recorrido, pues de la misma forma que no nos confiaríamos a un cardiólogo que no conociera la interrelación que existe entre el corazón y el resto del organismo, tampoco sería razonable elegir un profesional de la salud mental que tan solo conociera su “técnica” u “orientación”, por muy bien que la empleara.

En Tranquilamente trabajamos en equipo, con encuentros semanales de los profesionales, en los que compartimos nuestras inquietudes y dificultades, con el fin de lograr “entender” qué se esconde detrás del enigma frente al que nos encontramos.